Ayer me tocó un buen tramo con lluvia de diferente intensidad. A veces cayó a cubetazos y a veces de gotitas. Hubo pocos kilómetros entre Ameca y La Estanica de Laredos donde no llovió y hasta el sol se dejaba ver, pero cada vez que pensé que me iba secar entré a otra lluvia. Llevaba puesto mi traje veranero con mucha ventilación y obviamente, cuando salí de Ajijic no puse los forros impermeables en chamarra y pantalón. El sol me sonrió y dejé mis forros impermeables en una de las maletas de mi GS. Así que llegaron bien dobladitos y secos al destino. No como su servidor.
Si siguen mi blog, seguramente ya conocen mis consejos para manejar bajo lluvia. Sin embargo, hay un punto que debería haber mencionado también. Manejar una moto no es meramente técnico. La mayoría de motociclistas rodamos por pasión, por lo que sentimos al manejar moto. Este consejo se trata justamente de lo que podrías sentir al manejar prolongadamente bajo lluvia.
Muchos cuando les empieza a llover, lo que más quieren es llegar. Esto puede resultar en la toma de una muy mala decisión, la de acelerar. De allí se puede desenlazar una cadena de eventos que terminan en tragedia. La lluvia cambia el agarre de tus llantas y alarga tu frenada. Sabes que deberías bajar la velocidad, pero la desesperación por llegar lo más pronto posible trata de dominarte.
Reconócelo y usa la cabeza. Por ejemplo: Ayer vi desde lejos que estaré entrando en lluvia. No me paré a colocar los impermeables, porque últimamente he manejado mucho bajo lluvia y personalmente no me importa empaparme. Gracias al casco, la cabeza se mantiene seca y no me siento incómodo. Lo que esta vez olvidé era el clima más fresco. La primera lluvia cayó con ganas y estaba bastante fresca. Mi primer instinto también era acelerar para llegar lo más pronto posible. Sin embargó controlé este impulso, respire tranquila- y profundamente. Me quedaban más de 200km para llegar a mi destino y observando el cielo me quedó claro que no importa qué rápido iba, me iba a empapar. Así que me concentré en mantener la calma y aplicar los consejos de mi anterior tema de manejo bajo lluvia:
- frenar más suave,
- acelerar más suave,
- inclinar menos y
- dejar más distancia hacía vehículos adelante.
Pronto empecé a disfrutar la rodada igual si hubiera estado bajo sol. El paisaje seguía increíble, especialmente con las nubes entre los cerros verdes. La moto estaba en perfecto estado. Las veces que la lluvia cayó con más fuerza comprometiendo mi visibilidad, bajé aún más mi velocidad, justamente de acuerdo a visibilidad. Afortunadamente no era necesario pararme por completo y esperar que mejorará.
Sentí una perfecta conexión con mi moto, lo que resultó en una muy fluida rodada, rebasando coches y disfrutando el curveo, con menos inclinación que en seco pero con más que uno se imagina al principio. El frío era soportable. En ratos aproveché la calefacción de puños de mi moto, tratando de compensar por el frío de mis pies. En fin, disfruté una buena rodada más. Lo único que lamento es no haber podido tomar fotos de los pintorescos paisajes. Mi celular no es a prueba de agua. Sin embargo, nadie me puede quitar estos imágenes y momentos vividos de mi mente.
Así que el mejor consejo que te puedo dar es: mantén la calma. Mientras respiras profundamente, tu cuerpo queda relajado. Esto es lo más importante. Te desesperas, tus brazos se tensan y no podrás maniobrar bien, como tomar una curva por ejemplo. Baja la velocidad de acuerdo a visibilidad y si esta se vuelve nula, párate y espera a que mejore. Más vale llegar tarde que no llegar.
Cuídate y no dejes que la lluvia te resta diversión.
Saludos en V