domingo, 26 de febrero de 2017

Reconocer Límites


Hoy tuve la rodada más intensa de mi vida. Llegué temblando de adrenalina. ¿Cómo explicarlo? He ido rápido en carreteras, demasiado rápido y hasta estúpidamente rápido. 270km/ h en carretera no es nada sano a largo plazo. He frenado de 270 a 0, sacando humo a balatas. He ido al borde de llantas deportivas, adelante y atrás. He tenido un sinfín de “casi accidentes” y algunos accidentes con diferentes resultados. En moto deportiva no se me ha disparado la adrenalina desde…no sé. Sin embargo, hoy encontré un límite donde digo: no lo volveré hacer, por lo menos no de esta manera.

La idea de la rodada de hoy era simple. Vamos a La Estancia, desayunamos, subimos al Cerro de la Bufa de San Sebastián del Oeste, tomamos unas chidas fotos y regresamos a San Sebastián para tomar una cerveza antes de regresar a casa. Hace años subimos en cuatrimoto rentada a la Bufa. Pensé que una moto doble propósito es justamente para eso. Empedrado castigado y terracería. Tal vez se empina el camino algo, pero pues, ¡es una doble propósito!

Solo íbamos su servidor con su pareja. No hubo más motos que nos acompañaban. Diré más al respecto al final. La última vez que fui con amigos a La Estancia hubo partes sin pavimento y muchos kilómetros con grava suelta, porque estaban repavimentando gran parte de la carretera 544. Hoy solo nos tocó grava suelta saliendo de Las Palmas por un tramo corto, el resto estaba con pavimento nuevo o en buen estado. Llegamos a La Estancia sin retos y disfrutábamos un rico desayuno. 



Después nos encaminábamos a San Sebastián del Oeste sin sorpresas. La carretera empieza de terracería en La Estancia, cambia a empedrado relativamente plano, después cambia a pavimento en buen estado aun, aunque se empiezan abrir algunos pequeños baches en partes. Ojala, que mantengan la carretera bien durante las lluvias. Bueno, después que termina el pavimento viene empedrado que en partes está bien, hasta que empeora algo antes de llegar a San Sebastián y continúa así por el pueblo. Todo sin novedad. 

De allí empieza la subida de “solo” 9km para llegar a la cima del Cerro de la Bufa con una altura total declarada de 2,411m sobre el nivel del mar. Estos 9km exigen un manejo avanzado en cualquier vehículo. De hecho, hay muchos vehículos que no son aptos para subir. El camino se hace bastante estrecho en partes. Curvas muy cerradas. El suelo cambia de empedrado, algo parecido a empedrado, terracería y terracería con zanjas deslavadas por lluvias con piedras sueltas y medio enterradas, tierra suelta…etc. A un lado sube el cerro y del otro lado solo hay precipicio.

Mi R1200GS del 2005 enfriado por aire subí un 80% en primera. A veces metí segunda solo en un intento de mantener el motor a una temperatura más baja, aunque sufrió un poco más la suspensión junto con sus tripulantes. La temperatura que normalmente queda a la mitad del indicador del tablero subió a 2 tercios y allí se mantuvo. Así que la máquina iba bien, aunque seguí revisando la temperatura constantemente. Conforme se empinaba más el camino, bajé velocidad, pero cuidando de mantener siempre algo de aceleración para no perder tracción atrás y así seguir empujándonos hacia arriba.

En varias curvas bien cerradas bajé una bota, haciendo por primera vez uso de mis botas cross. La verdad entiendo porque los usan en el cross. No importa el suelo, bajas la bota, sabiendo que no pasará nada a tu pie. Piedra, roca, río, mugre…la bota cross lleva lo máximo de protección que existe en botas, aunque la hace muy rígida, limitando su área de uso. Así que no dudes de bajarla, no importa si habrá rocas, piedras, raíces de árboles.




Casi llegando a la cima, aunque en ese momento no sabía qué tan cerca estábamos de llegar, el suelo se puso muy difícil. Zanjas por doquier y en cualquier ángulo sobre el camino. Tierra suelta por todos lados. Piedras sueltas de todo tamaño y rocas medias enterradas. Estaba convencido que en cualquier momento voy a tener que acostar la moto al suelo. Preocupado por mi pareja atrás hice mi mejor esfuerzo de concentrarme y encontrar la mejor trayectoria posible. Las curvas cerradas sin visibilidad casi me volvieron religioso, pidiendo que no bajara ningún vehículo. Las últimas curvas pasé con bota abajo y llanta trasera derrapando, jugando con el acelerador para mantener la máquina prendida y con tracción. Llegamos. No sé si por mi habilidad, por suerte o por milagro. Pero llegamos sin caer.

Del punto donde se termina el “camino” y donde se estaciona uno, se sigue caminando por 1km. Bueno, en el momento que estacioné la moto, me di cuenta que mis manos estaban temblando. Llevaba la adrenalina a tope. Y eso fue bueno, porque ni me importaba de caminar 1km en botas cross con suela de acero integrada que ni de chiste se dobla. Solo perdí un poco de piel en un tobillo, como pude ver al final del día. Nada mal considerando todo. 





Las fotos y el vídeo hablan por sí mismo. La vista es espectacular. Tardé un rato para descubrir que lo que estaba viendo en un lado era la Bahía de Banderas con Puerto Vallarta. Lo más increíble, y ciertamente triste, es la mancha de smog que se nota encima. ¡Así es, aunque seguimos creyendo que Puerto Vallarta es un pueblo y nada que ver con ciudades de tamaño de Guadalajara o la Ciudad de México, aún se puede notar una mancha de smog! Véanlo en el vídeo. La mancha empieza y termina justamente en los bordes de la bahía.




¿Dónde queda el consejo de hoy? Al fin se trata de Moto Consejos. Uno es, como dice el título, reconocer sus límites. Yo encontré hoy mi límite de aventurero con mi R1200GS. La máquina se portó a toda madre, la verdad. Sin embargo, con sus 225kg más el peso de sus tripulantes, no es el vehículo ideal para este tipo de caminos. Lo hiciera tal vez de nuevo sin acompañante, cargando  por un lado con menos responsabilidad y por otro lado con menos peso. Pero si pudiera elegir, me iría con una moto cross 250cc o una moto enduro 250cc. Tal vez hasta 450cc, pero prefería una máquina más ligera. Bueno, eso puede ser solo mi reflexión, no necesariamente un consejo.
  


















Así que, allí les van unos consejos.

No lo hagas solo. Me refiero a que no lo hagas sin otro amigo en otra moto. Aunque llevo siempre parches para ponchaduras, si me hubiera lastimado en una caída, no hubiera tenido a nadie para ir por ayuda. Digo, mi pareja tendría que bajar caminando 9km para pedir ayuda y el tiempo que dura podría ser un problema. Hay que saber que no hay señal de red celular allí. El celular solo sirve para tomar fotos allá arriba.
Tu máquina debe estar al 100%. Existe el riesgo de dañar la moto en una caída lo suficiente para que ya no puede seguir rodando. Pero peor será que se descompone por falta de mantenimiento preventivo. En un área remota es primordial que la máquina anda al 100. Desde luego no debes de quedar sin gasolina.
Para, si tu cuerpo lo pide. No exiges demás a tu cuerpo. El estrés y el esfuerzo físico en este tipo de rodadas es cosa seria. No trates de ser más fuerte de lo que eres. Sea más inteligente y descansa cuando tu concentración o tu cuerpo lo piden. Muchas veces llegas más lejos descansando 10 minutos.









Encontré un límite mío. Espero que sean suficientemente maduros de descubrir los suyos cuando se presentan. Ruedan seguros y por más que se emocionan, no apagan la cabeza.


Saludos en V


No hay comentarios.:

Publicar un comentario