martes, 25 de agosto de 2015

Los primeros pasos



Primero lo primero. Familiarízate con tu moto. Si tienes el manual de la misma léelo. Si no lo tienes, tal vez lo encuentras en Internet. Te juro que habrá una que otra parte donde pensarás: órale, no lo sabía. Si no tienes ni consigues el manual de tu moto, asegúrate que conoces la función de cualquier botón o palanca de tu moto. Si sea necesario pregunta a alguien. No hay pregunta más tonta que la que no se hace.  

Los primeros 6 meses en moto son los más peligrosos. El 90% de nuestra atención va hacia el funcionamiento de la moto.  ¿Meto cambio? ¿Pongo la direccional? ¿Quito la direccional? ¿Freno adelante y/o atrás? ¿Acelero más? …etc…etc… Todo es nuevo y excitante, pero a la vez abrumador. Nos queda el 10% de atención para el tráfico. Cualquier error de otro transeúnte nos pondría en aprietos ahora. Esa relación de 90/10 cambia conforme agarramos experiencia hasta que todo hacemos sin pensar, hasta que la moto se convierte en la extensión de nuestro cuerpo. Entonces si podemos poner el 90% o más de atención al tráfico.

Por lo tanto, si no vives en una calle con muy poco tráfico, búscate una. Yo he practicado primero en un nuevo fraccionamiento en construcción, donde ya había calles pavimentadas, pero las casas estaban aun sin terminar y por lo tanto no hubo tráfico, especialmente los domingos. Solo asegúrate que la calle es lo más limpio posible y no lleno de polvo u otras sustancias que restan agarre a las llantas.

Ahora colócate con tu moto al principio de una recta. Supongo que llevas tu equipo de protección puesta. Tu sentado debe ser relajado. El manubrio no lo confundes con agarradera. Si te agarras de él muy fuerte, cansarás tus manos y brazos y además sería muy difícil dar vuelta con los brazos tensos. Mejor agárrate con las rodillas del tanque, pero igualmente no trates de aplastarlo. Con que no te vas hacia adelante en frenadas ni hacia atrás en aceleraciones será suficiente.

Asegúrate que la moto es en neutral. Ahora enciéndala. Jala la manija del embrague y mete primera con el pie izquierdo. ¡NO giras el acelerador! Solo suelta poco a poco el embrague. Muy probablemente llegas al punto donde la moto hace un pequeño brinco hacia adelante y se apague. No importa. Vuelve a repetir, lo que significa ponerla en neutral, encender motor, jalar embrague, colocar primera y sacar poco a poco el embrague. Se trata de encontrar el punto en donde engrana el motor, donde empieza a caminar hacia adelante. Tienes que jugar con ese punto un poco a través de la palanca del embrague. Seguimos SIN acelerar en todo momento. Tarde o temprano lograrás que la moto empieza a caminar sin acelerar, sin que se te apague con un brinco. Ahora estas obteniendo la sensibilidad necesaria en tu mano izquierda para manipular el embrague bien. Para parar la moto simplemente jala el embrague completamente y frena con la mano derecha (freno delantero). La moto frenará sin apagarse. No olvides poner uno o ambos pies en el suelo al pararte. Este ejercicio repetirás tantas veces hasta que lo domines bien.

Ahora vamos con el segundo paso. Al momento que camina la moto empieza a girar el acelerador. Hazlo suave y despacio para acostumbrarte a la reacción de la moto. Avanza unos metros, cierra el acelerador, jala el embrague y acciona el freno delantero. Todo lo harás suave. No gires ni el acelerador bruscamente y tampoco frenas de jalón. Este ejercicio lo sigues haciendo en la recta escogida, despegar y frenar. Despegar y frenar. Cuando se te está acabando la recta, darte vuelta. No hay problema si para el giro a 180 grados bajas un pie o hasta ambos. Siente el equilibrio y apóyate cuando sea necesario. Empieza a acelerar al mismo tiempo que sueltas el embrague, pero hazlo suave. Sacas el embrague lento y así de lento aceleras. Ambas manos al mismo tiempo moviéndose con la misma suavidad. Si sientes que se te va la moto muy rápido, jala el embrague completo y cierra el acelerador. Sigue practicando despegar y frenar hasta dominarlo a la perfección. Cuando estás listo, vamos con el siguiente paso.

Colócate al principio de la recta. Despega y acelera. Ahora sigue acelerando hasta subir las revoluciones a dos tercios del máximo. Ahora jalas el embrague y metes segunda. Entre primera y segunda se encuentra neutral, asegúrate que tu pie sube la palanca con determinación. Saca el embrague suave y acelera al mismo tiempo, igual como si estuvieras despegando. Las manos se mueven con la misma sincronización.

Si no metiste segunda con determinación, acabas en neutral, lo cual te indica el testigo en tu tablero. Además solo sube el ruido de motor al acelerar sin impulsar la moto. Si eso pasa, NO tratas de meter segunda o peor regresar a primera. Jala el embrague y párate. Empieza de nuevo con despegar.

Si entró segunda mantén la aceleración para mantener una velocidad constante. Luego cierra el acelerador, empieza a frenar y al bajar velocidad, jala el embrague, baja a primera con la misma determinación que subiste a segunda, saca el embrague. Sigues frenando en todo ese tramo que bajas marcha. Antes de parar completo, jala el embrague para evitar que se apague el motor. Eso sigues practicando. Si tu recta es suficientemente larga puedes seguirla para subir otra marcha. No trates de llegar a velocidad máxima, por favor.

Dentro de las prácticas muy probablemente bloquearás la rueda trasera al bajar marcha en revoluciones demasiadas altas. Si pasa eso sientes cómo se amarra la moto atrás, probablemente escuchando un chillido de la llanta. No te espantes ni te asustes. Solo jala el embrague. La moto se enderezará y no se coleará.

Si frenas demasiado fuerte adelante, se bloqueará la rueda delantera y escucharás un chillido adelante. De inmediato suelta un poco la manija del freno. Todo eso lo practicas en recta sin tráfico por buenas razones. Solo te concentras en tu moto y tus acciones. Hay espacio suficiente para corregir errores. Mientras la moto se encuentra vertical, no te caes al bloquear una rueda.

Durante el ejercicio, cómo estarás dando vuelta en la misma recta una y otra vez, trata de mejorar estas vueltas. Práctica tu equilibrio al dar vuelta, tratando de no apoyarte con ningún pie. Poco a poco lo vas logrando. De igual manera empieza a indicar tu vuelta al poner la direccional antes y después quitarla. Inclúyelo y más rápido lo harás de costumbre.

Si te das cuenta que corriges mucho la trayectoria para ir en recta, si mueves mucho el manubrio, es porque no miras lo suficiente lejos. Mira a donde quieres ir. Si despegas, clava tu mirada al punto donde quieres llegar. Verás que tu moto irá mucho más recta y no tendrás que corregir la trayectoria . Si miras al pedazo de pavimento inmediatamente frente a tu rueda delantera, estarás corrigiendo constantemente la trayectoria. No mires abajo, sino al frente. Mira donde quieres llegar y no donde no quieres terminar, en el suelo por ejemplo.

Todo eso lo practicas los días necesarios hasta que lo dominas a la perfección. Es lo más mínimo que tienes que dominar antes de meterte al tráfico: despegar, frenar, subir marchas, dar vueltas con direccionales. Cuando sientes que lo dominas, escoge calles con poco tráfico, calles secundarias. Familiarízate poco a poco con el “estrés” de tener otros transeúntes alrededor. Lo ideal sería tener uno o dos amigos que te acompañen en estas etapas, que te cuiden, uno manejando adelante y otro atrás.

Evita entrar en competencias con tus amigos o contigo mismo. No tratas de demostrar a nadie lo chingón que eres. El motociclismo es muy curioso en este aspecto. Cuando te sientes lo más chingón, cuando crees que dominas tu moto a la perfección, cuando sientes que naciste con un don especial para andar en moto…es justamente cuando viene la lección de humildad. Cuando eso me pasó la primera vez, de repente estaba a 90 grados deslizando con todo y moto encima de mi pie por la calle. En otra ocasión que era ya muy chingón, terminé en el zacate 3 metros debajo del nivel de carretera. Afortunadamente, mis lecciones de humildad no eran graves. Lo más lastimado era mi autoestima. Ahórratelo y sigue mis consejos.


Por último te recomiendo que compras mínimo un seguro de responsabilidad civil. Te cubre daños a terceros, sea en bienes o daños a personas. Si por un error tuyo te caes, tal vez dices que es tu bronca. Tú te recuperas y la moto la arreglas como puedes. Pero si tú moto choca otro vehículo o peor aun que se lleva un peatón, la situación se complica. Un seguro de responsabilidad civil con asistencia legal te protege de irte a la ruina y a prisión. El costo depende de la aseguradora, pero he tenido unos hasta en menos de $2,000 Pesos. El costo es anual y se puede pagar en pagos semestrales, trimestrales y hasta mensuales. $200 Pesos o menos al mes. Sea motociclista responsable.  

La próxima vez te daré unos consejos cómo mantenerte a salvo en la jungla del tráfico. 

1 comentario:

  1. buenos consejos ... yo añadiría no prestar tu moto y no intentar llevar pasajero si te andas enseñando y claro siempre revisar el estado de tu moto

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